Aquí tienes una guía práctica para disfrutar juegos de rol con esposas, látigos y antifaz, pensada para elevar la pasión de forma segura, consensuada y divertida:
1. Establece el consentimiento y la palabra de seguridad
Antes de cualquier juego, hablen abiertamente sobre:
Qué fantasías les atraen.
Límites claros.
Una palabra de seguridad (algo fácil de recordar como “rojo” o “alto”).
2. Escoge un rol que encienda a ambos
Algunas ideas clásicas y excitantes:
Policía y delincuente: esposas, interrogatorio caliente y rendición.
Amo(a) y sumiso(a): látigos, órdenes y obediencia erótica.
Intruso/a misterioso/a: antifaz, voz desconocida y juego de poder.
Doctor/a y paciente: restricciones suaves y "revisiones" íntimas.
3. Usa los accesorios con intención
Esposas:
Asegúrate de que tengan liberación rápida o usa versiones suaves con velcro.
Úsalas para inmovilizar en la cama o en una silla, aumentando la tensión sexual.
Látigo o flogger:
Empieza con golpes suaves y prueba distintas zonas (glúteos, muslos, espalda).
Observa las reacciones; es más sensual que doloroso si se hace bien.
Antifaz:
Elimina la vista para intensificar el resto de los sentidos.
Úsalo para sorpresas: caricias, besos, juguetes o juegos con temperatura.
4. Juega con el ritmo y la voz
Habla en tono dominante o seductor, según el rol.
Juega con órdenes, halagos o retos ("¿te gusta ser mi prisionero?").
Alterna entre caricias suaves y toques firmes para aumentar la expectativa.
5. Después del juego: momento de cuidado
"Aftercare": abrazos, palabras dulces y cuidado emocional.
Hablen sobre qué les gustó o qué mejorar para la próxima sesión.