Tiempo de lectura estimado: 3 minutos
Relato anónimo, visitando un cine porno como tuve sexo con más de 5…

Relato anónimo, visitando un cine porno como tuve sexo con más de 5…

No sé bien por qué terminé ahí esa noche. Supongo que la curiosidad, el morbo, o simplemente las ganas de hacer algo que rompiera con la rutina. Siempre había escuchado historias de esos cines viejos, oscuros, donde la gente no iba precisamente a ver la película… sino a dejarse llevar.

Entré al cine porno casi temblando de la excitación. El olor a humedad, mezclado con un leve aroma a sudor y sexo, me dio la bienvenida. Apenas pagué mi entrada, el tipo de la taquilla me miró con una sonrisa cómplice, como sabiendo perfectamente a lo que iba.

Adentro, la oscuridad lo cubría todo. Solo el resplandor de la pantalla iluminaba por momentos las siluetas de hombres desperdigados por las butacas. Algunos solos, otros claramente acompañados, sus movimientos los delataban: manos que se deslizaban, bocas ocupadas, susurros sucios.

Me senté en una esquina, con la respiración acelerada y el corazón latiendo como un tambor. No pasó mucho tiempo antes de que un hombre se sentara a mi lado, sin decir palabra, pero con la intención clara. Su mano se deslizó hasta mi muslo y no me resistí. Al contrario, abrí un poco las piernas.

El calor en mi cuerpo explotó cuando sentí a otro acercarse por detrás, susurrándome al oído cosas tan sucias que me estremecí. Y así, como si hubieran olido mi deseo, empezaron a rodearme.

En cuestión de minutos estaba rodeado de hombres ansiosos, excitados, tocándome, besándome, lamiéndome como si fuera un manjar que todos querían probar. Uno me tomó del cuello, haciéndome girar para besarme con una fuerza brutal. Otro ya estaba arrodillado entre mis piernas, devorándome sin piedad.

Los gemidos, el sonido de las bocas húmedas, las manos desesperadas… era un torbellino de placer imposible de detener. Perdí la cuenta de cuántas manos me recorrían, de cuántas bocas me besaban o mordían, de cuántos cuerpos se pegaban al mío.

Me dejé llevar completamente.

Fui tomado ahí mismo, en la butaca, de espaldas, de frente, de rodillas… me usaron, me adoraron, me follaron como si fuera un juguete compartido en medio de la oscuridad. Y lo peor —o lo mejor— es que yo lo quería.

No recuerdo los rostros de ninguno. Solo sus cuerpos sudados, sus voces graves diciéndome lo caliente que estaba, lo bien que lo hacía, lo mucho que me deseaban. Me corrí tantas veces que terminé exhausto, con las piernas temblando, el cuerpo marcado por sus manos, y la mente completamente en blanco.

Salí de ese cine horas después, con una sonrisa perversa y el cuerpo aún temblando. Sabía que esa noche no la iba a olvidar nunca.

Y lo peor... es que ya quiero volver.

whatsapp Facebook share link LinkedIn share link Twitter share link Email share link
inicia una conversación
Asesor 1
Gerente
Habla con nuestro gerente
Asesor 1
(Paseo Degollado 66) Matriz
Soporte en Paseo Degollado 66
Asesor 3
(Av. Revolución 669)
Soporte en Av. Revolución 669
Asesor 2
(Avenida Hidalgo 973)
Soporte en Avenida Hidalgo 973

mi cuenta